Alrededor de 2.5 millones de muertes anuales son atribuibles a la contaminación atmosférica derivada de la quema continua de combustibles fósiles. Este es uno de los hallazgos globales del noveno informe anual The Lancet Countdown on Health and Climate Change (Cuenta regresiva de The Lancet sobre Salud y Cambio Climático), que también tiene algunas buenas noticias.
El reporte, publicado este martes revela que la continua dependencia de los combustibles fósiles y la falta de adaptación al cambio climático están teniendo graves consecuencias para la vida, la salud y los medios de subsistencia de las personas.
De hecho, 12 de los 20 indicadores que monitorean las amenazas para la salud han alcanzado niveles sin precedentes.
Por ejemplo, el calentamiento global en sí ha provocado un aumento del 23% en la tasa de muertes relacionadas con el calor desde la década de 1990, hasta alcanzar las 546 mil anuales, señalan los autores del reporte en un comunicado de prensa.
También mencionan que sólo en 2024, la contaminación atmosférica por humo de incendios forestales se vinculó con un récord de 154 000 muertes, mientras que el potencial de transmisión promedio mundial del dengue ha aumentado hasta un 49% desde la década de 1950.
Por otra parte, añade que, ante el alza vertiginosa de los precios de los combustibles fósiles, en 2023 los gobiernos gastaron en conjunto 956 mil millones de dólares en subsidios netos a los mismos, lo que ha permitido a las grandes petroleras y gaseras seguir expandiendo sus planes de producción “a una escala tres veces mayor de la que un planeta habitable puede soportar“.
Marina Romanello, directora ejecutiva de The Lancet Countdown comenta en el comunicado que el panorama de salud de este año es “desolador e innegable”, y que el calor, los fenómenos meteorológicos extremos y el humo de los incendios forestales “causan la muerte de millones de personas”. Pero añade que se tienen los medios para prevenir más afectaciones.
No todas son malas noticias
La publicación estima que, si bien algunos gobiernos están incumpliendo sus compromisos climáticos, se salvan 160 mil vidas al año gracias a la transición hacia energías renovables, que abandonan el carbón, y a la consiguiente mejora de la calidad del aire, mientras que la generación de energía renovable alcanzó máximos históricos.
En ese sentido, el informe revela el liderazgo emergente de los gobiernos locales, las comunidades, las organizaciones y el sector sanitario, y hace un llamamiento a la acción conjunta para acelerar el progreso.
“La destrucción de vidas y medios de subsistencia seguirá aumentando hasta que pongamos fin a nuestra adicción a los combustibles fósiles y mejoremos drásticamente nuestra capacidad de adaptación”, Marina Romanello.
Añadió que ya “contamos con las soluciones necesarias para evitar una catástrofe climática”, que incluye el desarrollo de energías limpias, aunque la eliminación gradual pero rápida de los combustibles fósiles “sigue siendo la herramienta más eficaz para frenar el cambio climático y proteger vidas”.
También incluyó la transición a dietas más saludables y respetuosas con el clima, así como a sistemas agrícolas más sostenibles, lo que reduciría drásticamente la contaminación, los gases de efecto invernadero y la deforestación, “lo que podría salvar más de diez millones de vidas al año”.
El noveno informe anual de indicadores de Lancet Countdown, liderado por el University College London y elaborado en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa el trabajo de 128 expertos de renombre de 71 instituciones académicas y agencias de la ONU a nivel mundial.
Por LATINUS