Familias de Piedras Negras y Nueva Rosita reportaron chocolates y paletas con objetos punzantes; uno de los niños sufrió una herida leve en la boca
Óscar Ballesteros
LA PRENSA
NUEVA ROSITA, COAHUILA.- La celebración de Halloween en Coahuila, que reúne cada año a cientos de niños recorriendo calles disfrazados, se convirtió en motivo de alarma para varias familias tras el hallazgo de objetos punzantes dentro de dulces.
En Nueva Rosita, la tarde del viernes comenzó con entusiasmo cuando la hija de Litzi Corpus regresó a casa cargada de chocolates y caramelos. Mientras acomodaba los dulces en un plato, la madre revisaba los envoltorios siguiendo la recomendación de su esposo, quien participaba por videollamada. Fue entonces cuando detectaron dos pequeños orificios en un chocolate tipo “Bocadín”. Al abrirlo, apareció una aguja delgada incrustada en el centro del dulce. La niña rompió en llanto, expresando tristeza y enojo por el peligro al que fue expuesta. Ante la posibilidad de que otros dulces estuvieran comprometidos, la familia decidió desechar toda la bolsa.
Casos similares se registraron en Piedras Negras. Andrea Guerra relató que su hijo resultó lesionado en la boca al consumir una paleta que contenía un alfiler. La madre explicó que no pudo revisar todos los dulces antes de que los niños los probaran, pues estaba preparando la cena. Los pequeños habían visitado varias colonias, incluyendo Valle del Norte, Montes, Suterm, Campo Verde, Lázaro Cárdenas y Hacienda La Laja, lo que impidió identificar con certeza el origen del dulce peligroso.
Ambos casos se viralizaron en redes sociales, acompañados de imágenes que mostraban los objetos punzantes hallados. La difusión generó gran preocupación entre los padres de familia; algunos condenaron la intención de hacer daño, mientras que otros cuestionaron si se trataba de alarmas falsas o publicaciones manipuladas.
Las autoridades de seguridad y sanitarias exhortaron a las familias para extremar precauciones durante las festividades de Halloween, recordando la importancia de supervisar a los menores mientras recorren calles y revisar cuidadosamente los dulces y alimentos que reciben de otras personas, con el objetivo de prevenir cualquier riesgo a su seguridad.