“No poseo ni aspiro a tener el monopolio de la verdad absoluta”
“(En) un ejercicio de autocrítica, así muy autocrítica, nada (ha fallado a la 4T), vamos a todos dar”
“Estamos bien calificados, pero aspiramos a convencer a más gente que lo mejor para todos es elevar a rango supremo la honestidad”
“Se les ganó en buena lid, porque el pueblo es sabio”Más que informe de Gobierno, la ceremonia que encabezó el Presidente Andrés Manuel López Obrador resultó una manifestación de fe en ese grupo de mexicanos que, según sus datos, apoya su gestión.
Sirvió también para mandar un mensaje a los que califica como sus adversarios, que no enemigos: les ganamos en las urnas y si hoy fuera la revocación de mandato, me quedo. Siempre con sus datos.
Una encuesta levantada por su administración sobre la aprobación de su administración fue el as bajo la manga que traía el Mandatario para romper la monotonía de un discurso plagado de frases comunes, con pocos datos duros y sin anuncios a destacar.
La ceremonia de apenas 45 minutos, con un discurso de solo 39, ni siquiera se acercó a los tiempos que suelen durar las conferencias mañaneras. Se llevó a cabo bajo una carpa, donde estuvieron sus invitados, en el Patio de Honor de Palacio Nacional.
A pesar de la pandemia y del sufrimiento que ésta acarreó, dijo el Presidente, la gente no ha perdido la fe en un mejor porvenir.
“Me alegra que así lo entiendan la mayoría de los mexicanos. Hace tres días se terminó de levantar una encuesta telefónica nacional aplicada por nosotros”, comentó el Mandatario.
“Y comparto con ustedes algunas preguntas y respuestas, y subrayo, aplicada por nosotros, para que no se vaya a malinterpretar”.
Ante miembros de su Gabinete y la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, la única Mandataria en funciones presente, presumió que el 38.4 por ciento cree que su situación económica va mejor. Tampoco estuvo el Canciller Marcelo Ebrard, quien se encuentra de gira por París.
Afirmó que 43 por ciento considera que hay menos corrupción este sexenio; que 64.7 por ciento cree que su Gobierno es un cambio importante; y que el 87.4 por ciento está a favor del cambio.
Incluso, dijo que el ejercicio levantado por el Gobierno federal arrojó que 72.4 por ciento votaría a favor de su continuidad si hoy fuera la revocación de mandato.
Sus invitados le aplaudieron, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, incluso se balanceó en su silla y volteó a ver a sus compañeros de gabinete.
López Obrador respondió con una sonrisa. Fue un gesto muy distinto al adusto que mostró al arranque de su informe, en el que también destacó la ausencia de sus familiares, ni su esposa Beatriz Gutiérrez Müller ni sus cuatro hijos.
“En fin, estamos bien calificados, pero aspiramos a convencer a más gente que lo mejor para todos es elevar a rango supremo la honestidad”, expresó.
El Presidente tampoco perdió la oportunidad de alardear sobre los resultados de Morena en la pasada elección intermedia.
Recordó que la alianza “Juntos hacemos historia” ganó en 186 de los 300 distritos en disputa, lo que permitirá su movimiento tener lo que describió como una “cómoda mayoría”.
“Se les ganó en buena lid, porque el pueblo es sabio”, se jactó y arrancó el aplauso de sus colaboradores, el primero del informe.
“Sin embargo, no poseo ni aspiro a tener el monopolio de la verdad absoluta, por eso reitero: nuestros adversarios siempre recibirán del Gobierno que represento, el respeto y la libertad, al que tienen derecho, para manifestarse sin límites, represión o censura”.
Pese a las masacres en entidades como Tamaulipas y Zacatecas, López Obrador afirmó que hay gobernabilidad en el País y reiteró que hay avances en materia de seguridad pública.
“Ya estaban integradas las bandas, los grupos delictivos cuando llegamos, no creo que se hayan creado nuevos grupos en estos dos años y medio”, sostuvo.
“Es el Cártel Jalisco, o del Pacífico, o el de Guanajuato, los que ya habían, los que estamos enfrentando no declarándoles la guerra, porque la violencia no se puede enfrentar con la violencia, sino con otros métodos más humanos y más eficaces”.
Si López Obrador llegó con semblante hosco, incluso desde que arribó a Palacio a las 10:12 horas, se fue sonriente, arropado por los suyos y después de reportar lo que llamó “signos alentadores”.
Acaso con la mismo “autocrítica” que, de su Administración, hizo el director de la CFE, Manuel Bartlett, antes del informe por los tres años de su triunfo en la elección presidencial de 2018.
“(En) un ejercicio de autocrítica, así muy autocrítica, nada (ha fallado a la 4T), vamos a todos dar”, expresó Bartlett antes de arrancar el acto.
Como acto de fe, la ceremonia se llevó a cabo con los suyos, no hubo representantes del Congreso ni de la Corte.
