Por: Graciela Olvera
El cardenal Carlos Aguiar Retes fijó su postura ante la declaración de inconstitucional la penalización del aborto por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) argumentando que se está «facilitando la falsa salida, cuando la mujer se encuentra con un embarazo no deseado».
El líder religioso expresó qué para la Iglesia católica, el ser humano es creado por Dios desde el seno materno, y por ello, sostiene que la vida es sagrada. «Atentar, por lo tanto, contra la vida, es atentar contra Dios».
«La vida comienza desde la concepción. La Iglesia y la ciencia sostienen que cada individuo humano inicia la vida desde el momento mismo de su concepción, desde la conformación de un nuevo genoma humano individual y completo distinto del de sus padres».
En un mensaje publicado por el medio católico Desde la Fe, el arzobispo en funciones dijo que la Iglesia se pronuncia en favor de la vida, no sólo desde su doctrina, sino también en coincidencia del ámbito civil y jurídico.
Así mismo señaló que la Iglesia defiende ante la tragedia que sufre la mujer embarazada, qué por diversas circunstancias, no desea continuar con la gestación del ser humano que lleva en su seno.
Detalló que en estudios elaborados por organizaciones católicas que atienden el llamado síndrome post aborto, así como los sacerdotes que administran el sacramento de la reconciliación, confirman que el 85 por ciento de las mujeres que acuden a esta práctica presentan secuelas físicas, emocionales, psicológicas y espirituales.
«Son difíciles de superar, y que incluso muchas veces quedan para el resto de sus vidas» argumentó.
Sin embargo, Aguiar Retes sostuvo que la Iglesia católica es consciente del drama que conlleva el aborto y condenó el machismo cultural, que deja a la mujer sola ante un embarazo no deseado.
Aguiar Retes detalló que la comunidad católica ofrece ayuda a las mujeres, antes, durante y después de dar a luz, a través de organizaciones dirigidas por laicos, «quienes hacen un esfuerzo heroico por salvar la vida del bebé y de la madre.
Porque ambas vidas tienen el mismo valor y dignidad». «La Iglesia enfrenta hoy un reto mayúsculo que debe llevar a todos: obispos, sacerdotes, religiosas y laicos, a sumar esfuerzos para tender la mano a todas aquellas mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.
De ahora en adelante, debemos intensificar el acompañamiento y auxilio a la mujer que sufre este drama».
«En la Iglesia tenemos la confianza que una multitud de hombres y mujeres de buena voluntad sabrán asumir el desafío con valentía y entereza, como durante muchos años lo han hecho en diferentes campos, especialmente en el ámbito legislativo, para defender la vida humana y su dignidad».
Confirmó qué pese a que pareciera una batalla perdida, el reto para la Iglesia católica y sus fieles es trabajar más unidos, con la confianza en la ayuda divina.
