El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la violencia no es un asunto nacional.
Cuestionado sobre los hechos violentos de ayer en Michoacán, donde fue asesinado el Alcalde de Aguililla y hubo un enfrentamiento que dejó 5 muertos en Parangaricutiro, el Mandatario federal dijo que están atendiendo el problema pero que los crímenes se concentran en algunas entidades.
“Pues estamos atendiendo el problema, les decía, de los homicidios y se ha ido avanzando, no es ya un asunto nacional, aquí lo estamos viendo en Chiapas, con los datos”, afirmó.
El Jefe del Ejecutivo mostró las gráficas de los homicidios de ayer y antier para ejemplificar que no se dan en todo el País.
“¿En dónde está concentrando el problema, en donde hay más delincuencia organizada como le llaman, grupos que surgieron desde la época de Calderón en Michoacán, en Guanajuato? Esto es ayer, para tener una idea”, indicó.
“Tres estados concentraron el 46% de los homicidios, ayer se registraron 72 homicidios en el País, en tres estados 46%, en dos estados no hubieron homicidios”.
“Miren, solo en Michoacán 22%, van a ver ayer, a ver si se tiene”, pidió.
“La misma (gráfica) pero de lo sucedido antier. Lo que quiero es subrayar que estamos teniendo más problemas en dos estados, eso de Santiago, 84, y miren, vuelve a estar Guanajuato. ¿Dónde está Guanajuato? Ahí no está Michoacán, está en el quinto, pero trae el 21%”.
López Obrador aprovechó de nuevo para criticar a los conservadores y acusó que “quisieran proyectar esa imagen de un México en llamas”.
“Esto es importante porque el sensacionalismo conservador quiere crear un ambiente de que en México impera la violencia, quisieran proyectar esa imagen de un México en llamas, porque lo que está en el fondo es su preocupación por los cambios que se están llevando a cabo”, lanzó.
Ayer, en Michoacán, aun con la presencia de cientos de militares y policías estatales, fue ejecutado el Alcalde del PVEM, César Arturo Valencia Caballero, en Aguililla.
Además, el enfrentamiento a balazos entre autodefensas contra sicarios convirtió la explanada municipal de Parangaricutiro en un campo de guerra que dejó al menos cinco muertos y más de 10 criminales desaparecidos.
