Wendy Vázquez
“Yo le pedí a Dios que ya me la recogiera, porque mi hija estaba sufriendo mucho”. Fue así como el papá de Maribel despidió a la más pequeña de sus hijos.
De apenas 16 años, la adolescente partió de este mundo tras encontrarse de frente a la muerte luego de que la noche del 28 de marzo fuera arrollada por un automovilista en aparente estado de ebriedad.
Sin imaginarlo, la noche de alegría que vivió Maribel al acudir a divertirse con sus amigos al Lienzo Charro se convirtió en una pesadilla para sus padres y la última en que ella viviría consciente.
Tras una larga lucha entre la vida y la muerte, la joven falleció a consecuencia de las lesiones sufridas por dicho accidente donde fue atropellada junto a diez personas más, todas recuperadas actualmente. Maribel por su parte sufrió traumatismo craneoencefálico severo y edema en el cerebro (acumulación de líquido entre las células cerebrales)
Durante 48 días, la esperanza en su sobrevivencia crecía pero a la vez también se diluía. Cada diagnóstico médico marcaba para sus padres un rayo de luz. Atendida por los mejores especialistas de Unidad Médica de Alta Especialidad Número 25 del IMSS, la joven parecía dar señales de que despertaría.
“Mueve sus manos y le salen sus lagrimitas cuando le hablamos”, decían constantemente sus padres durante su hospitalización.
El pasado 27 de abril, Maribel retornó a Monclova al Hospital General de Zona Número 7 del IMSS donde continuaría con su recuperación, pues la parte más delicada como la cirugía neuronal ya la había superado.
MARIBEL NUNCA DESPERTÓ
Apenas hace diez días la adolescente fue dada de alta para seguir su tratamiento en casa. Sus papás estaban acondicionando el lugar para atenderá, Sin embargo, Maribel nunca más despertó, la situación en su salud se complicó, por la tarde del pasado domingo su corazón no pudo más y alrededor de las 8 de la noche dejo de existir.
“Era muy doloroso para mí verla como reaccionaba, su corazoncito fue latiendo menos y falleció mi hija”, mencionó con voz entrecortada, Juan José Domínguez, su padre agregando que siempre la recordará como su niña, alegre y bailadora, a quien le gustaba mucho la música, “era la alegría de todos”.
Ayer el cuerpo de Maribel fue velado en Funerales Villarreal en Frontera. La familia con profundo dolor pidió privacidad pues aun no asimilaban la fatal noticia de la irreparable pérdida. Mientras que sus amigos, que tampoco pudieron pronunciar palabras, aguardaban al exterior con globos blancos para despedirla y expresarle de esta forma lo mucho que la querían y extrañaran. Maribel, descanse en paz.