CIUDAD DE MÉXICO.- La energía solar es uno de los grandes potenciales que puede aprovechar el hombre sin dañar al planeta pues, gracias a los avances tecnológicos, es una alternativa de consumo para los hogares en sustitución de la luz eléctrica y de combustibles para calentadores de agua para baño, calderas y calefacciones. En grandes instalaciones o huertos solares, la energía fotovoltaica es la más extendida, y sus paneles transforman directamente la radiación solar en energía eléctrica a través del efecto fotovoltaico, descubierto por el físico francés Edmond Becquerel quien, en 1839, se percató de que una celda de electrodos metálicos producía más electricidad a través de una solución conductora cuando quedaba expuesta a la luz.
Andrea Marín Monterrubio, directora general de Energyby5 México, explica que existen dos grandes formas en las que se puede aprovechar la energía solar. La primera es con parques solares de generación a gran escala que buscan generar electricidad para muchos consumidores o, bien, para consumidores de consumo muy elevado, como los industriales.
«Las ventajas de esa generación es que tiene beneficios de economía de escala. Eso quiere decir que, entre más grande sea el parque, más barata es la electricidad. En los últimos años, la tecnología de la generación solar ha bajado mucho el precio. Hemos visto un decremento muy importante, y esto es una alternativa muy deseada», comenta.
Añade que la iniciativa privada construye estos grandes generadores de electricidad con base en la luz solar. Generalmente, quienes las construyen son empresas que se dedican al tema de energías y el principal comprador es la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o grandes industriales que están buscando cambiar de un consumo de energías fósiles a un consumo de energía renovable.
La alternativa de la generación distribuida
«La otra forma es a través de la generación distribuida. Son aquellos sistemas de generación de electricidad en sitios que tienen de capacidad instalada menos de 500 kilowatts. Eso quiere decir que las casas y edificios aprovechan esta energía y en sus techos tienen las instalaciones de paneles solares», afirma.
Aclara que esto también es de gran beneficio económico, porque la tecnología solar ha tenido un gran decremento en precios, incluso en una escala muy pequeña y, ahora, es más competitivo que en años anteriores, porque la cantidad a pagar puede ser menor a la que se paga por consumo de electricidad.
«Otra cosa es que cada vez vemos a la gente con mayor conciencia que tienen comercios y quieren migrar a un suministro de energía más limpia. Les interesa poder reducir su huella de carbono», asegura.
Andrea Marín Monterrubio destaca que México es una gran potencia de energía solar porque en todo el territorio tenemos un potencial impresionante y, aunque normalmente solo pensamos en zonas como el norte, donde se registran altos índices de temperatura, también otras ciudades (como la Ciudad de México o Querétaro) tienen un potencial muy interesante y esto es porque no hace tanto calor, pero tenemos una muy buena radiación.
«Todo el país tiene un fuerte potencial que, como mexicanos, deberíamos aprovechar, explotarlo. Y con eso me refiero a utilizarlo porque es un recurso renovable y que por mucho que lo usemos, mañana vuelve a estar ahí, y no daña al planeta», apunta.
Esta energía es una gran alternativa que la gente ya puede utilizar en sus casas, en sus comercios y, si una persona vive en un departamento, puede convocar a sus vecinos a colocar paneles solares y compartirlos entre todos.
Electrificación de zonas remotas
«También hay proyectos muy interesantes. Nosotros trabajamos en conjunto con otras empresas que lo que están haciendo es electrificar lugares de la República mexicana, que todavía no están electrificados, a través de la construcción de generación distribuida de paneles solares. Y lo que están logrando es darle acceso a la electricidad a poblaciones que antes no tenían, sin la necesidad de invertir en toda la red de transmisión y distribución de electricidad, lo cual hace que puedan estar con electricidad de una manera mucho más rápida», explica Andrea Marín.
La entrevistada también refiere que son comunidades que se encuentran en la sierra y lugares muy remotos.
«También hemos visto proyectos muy interesantes en regiones donde hay muchos pescadores, donde no vive mucha gente. Son regiones lejanas. Ahí la instalación de paneles solares les da la capacidad de refrigerar su producto y esa ha sido la solución a muchos de sus problemas, porque ya pueden congelar su pescado, conservarlo, poderlo negociar y lograr mejores precios. La verdad es que les ha traído múltiples beneficios, no solo a nivel medioambiental, sino también a nivel social».
Expresa Andrea que esta energía no solo se está usando en sustitución de electricidad sino también de gas, pues se utiliza para calentar el agua de albercas, calentadores de baño, para calefacciones y mucho más.
Además, señala que con toda esta incertidumbre que ha habido en nuestro país sobre la energía, el sector de la energía que más se ha desarrollado en estos últimos tres años ha sido el de generación distribuida, que aún es un sector pequeño.
«Hemos visto un avance muy grande en esta materia, que es el sistema menor a 500 kilowatts, que ponemos en casas, comercios. Son instalaciones de menor escala, y se ha metido mucho esfuerzo en desarrollarlo. Actualmente existen soluciones en las que el usuario ya ni siquiera necesita invertir, sino que le pide a una empresa que ellos hagan la inversión. Hay empresas que se dedican a eso y de manera mensual siguen pagando su consumo de luz sin necesidad de hacer un desembolso importante. Por ejemplo, en lugar de pagar tres mil pesos de electricidad, paga 2500 y, en unos años, todo el sistema solar será suyo. Eso hace que no haya pretexto para comenzar a ver esta alternativa», puntualiza la experta.
El estudio Iniciativa de Generación Solar Distribuida, elaborado por PwC, señala que la instalación de techos solares prevé diversos beneficios económicos, ambientales y sociales, reducción de cifras relevantes de CO2 y disminución del uso de agua.
