Por Yuriria Sierra
El encuentro
Cuando hace unas semanas, Andrés Manuel López Obrador decidió no asistir a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California, la tensión creció. La relación del Presidente de México con su homólogo en EU, se pintaba otra vez lejana a la vista con el antecesor republicano, Donald Trump. Aunque la versión lopezobradorista de lo que significó el encuentro de ayer en Washington, DC, la tendremos hasta mañana, cuando el Presidente retome las conferencias en Palacio Nacional, las imágenes son claras, desde el recibimiento que connacionales le dieron afuera del hotel Lombardi, su desayuno con Kamala Harris y, desde luego, la conferencia de prensa que ofreció junto con Joe Biden en la Casa Blanca, apuntan a que no hubo tormenta. Esta visita fue propuesta por el Presidente de México para resarcir su ausencia en aquella cumbre en California, pero lo que vimos fue que aquella decisión no mermó la relación con Joe Biden.
En la reunión, López Obrador presentó cinco puntos para trazar el futuro de esta relación, una vía de ayuda mutua para atender la coyuntura impuesta por la inflación: ordenar el flujo migratorio para permitir la llegada a EU de mexicanos y centroamericanos, a través de visas temporales de trabajo; duplicar la producción de gasolina en la frontera que comparten ambos países; agilizar el transporte de gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California, a través de gasoductos ubicados a lo largo de la frontera, con la intensión de generar hasta 750 megawatts de energía eléctrica y abastecer a 3 millones de personas; eliminar aranceles, medidas reglamentarias y trámites tediosos impuestos en el T-MEC para el comercio de alimentos y otros bienes, e iniciar un plan de inversión pública y privada bilateral para fortalecer ambos mercados y evitar importaciones de otras regiones.
Además, uno de los puntos importantes en la agenda, el que ha ocupado a ambas naciones desde hace décadas: la migración. México se comprometió a invertir más de mil 500 millones de dólares en infraestructura fronteriza los próximos dos años: “Unas fronteras más resistentes, más eficientes y más seguras mejorarán nuestro comercio compartido”, precisaron en el tradicional comunicado conjunto que emite la Casa Blanca tras las reuniones de su ocupante. EU, por su parte, impulsará la ejecución de la Ley Bipartidista de Infraestructuras, en la que se consideran 3 mil 400 millones de dólares para proyectos de construcción y modernización en los puertos de entrada terrestres en sus dos fronteras.
Insisto, aunque evidentemente el éxito real de esta reunión se va a calificar con la evaluación de las metas alcanzadas a corto, mediano y largo plazo, la fraternidad y la camaradería que mostraron ambos presidentes auguran un cuidado en las formas en que ambos mandatarios tendrán comunicación. Mucha tiene que ver también con el trabajo que hizo la comitiva que acompañó al presidente López Obrador y que se encargó de la concreción de este encuentro. Al mandatario mexicano lo acompañó el canciller Marcelo Ebrard y su equipo en la Secretaría de Relaciones Exteriores; también la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, y Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración.
En los próximos meses, por lo pronto, veremos cómo es que este encuentro alimentará la imagen de México frente a sectores importantísimos como el empresarial, con quien hoy López Obrador tendrá una reunión. Los precedentes no han sido favorables, si recordamos la cancelación del aeropuerto de Texcoco, si analizamos la poca viabilidad que ha representado el Aeropuerto Felipe Ángeles o la incapacidad que ha tenido el gobierno mexicano para recuperar la categoría 1 de seguridad aérea. Sin embargo, hoy nos quedamos con la fotografía de ambos presidentes sonriendo, también con el momento que ambos se dieron para reconocer el trabajo de mi compañera Isabel González, enviada especial de Grupo Imagen Multimedia, ambos signos que permiten calificar como exitosa esta reunión. Qué bueno que ambos países estén interesados en hacer de esta relación bilateral una prioridad.