Los Hermanos Russo no deben caerles muy bien a los automovilistas de Praga. ¿Su “delito”?: colapsar las vialidades de República Checa.
Para una de las escenas más espectaculares de su thriller de acción El Hombre Gris, los cineastas cerraron una de las principales plazas del casco antiguo por 10 días. Las aledañas… por casi un mes.
“No creo que podamos volver a Praga”, bromeó Joe Russo en un encuentro con medios.
“Teníamos la esperanza de crear una especie de universo en el que quieras seguir a todos los personajes, hacia adelante o atrás. Con suerte, habrá más historias que contar en el mundo de ‘El Hombre Gris'”.
Anthony Russo, cineasta
Fue la secuencia más difícil del filme, un intento para crear una franquicia al estilo Misión Imposible o la saga Bourne. Con un costo de 200 millones de dólares, es la producción más cara de Netflix, disponible este jueves.
La secuencia costó por sí sola un quinto del presupuesto de la producción. En ella, el agente Sierra Six (Ryan Gosling) evade una lluvia de balas de un pelotón de mercenarios. Al escapar, sube a un tranvía, lo mismo que sus perseguidores.
La guerra continúa al interior y al exterior. La agente Dani Miranda (Ana de Armas) apoya a Six desde un vehículo a toda velocidad.
“Usamos tranvías reales de Praga y modificamos autobuses para que parecieran tranvías verdaderos, porque necesitábamos que el tranvía fuera a una mayor velocidad y por calles sin rieles.
“También contábamos con un tranvía en un set en Praga rodeado de pantallas azules. Construimos la escena en todas estas localizaciones diferentes, rodamos con nuestro reparto, rodamos con especialistas para las partes que eran demasiado peligrosas. Fue muy difícil”, explicó Anthony.
Los Russo conjuntaron en este proyecto el espíritu de dos de sus obras más famosas. La espectacularidad de Avengers: Infinity War y el espionaje y la crudeza de Capitán América y el Soldado del Invierno.
Adaptan libremente la novela “The Gray Man” de Mark Greaney, la primera de una serie de 11 libros. Sierra Six o Court Gentry es el protagonista: un ex reo que opera como agente de la CIA en las sombras.
Máquina para matar, descubre una conjura al interior de la Agencia y él tiene la prueba. Su cabeza, de pronto, tiene precio, lo mismo que las pocas personas a las que aprecia.
“Desde el primer día practiqué diversas artes marciales para encontrar algo especial para mí y el personaje”, relató Gosling.
“Tuvimos también a un ex miembro de la unidad de operaciones especiales Delta. Nos daba asesoría táctica, pero también ideas fabulosas. Recomendó que (el personaje) tuviera siempre Skittles (golosinas), porque son fuente de energía. Aprendí cosas que alguien sabe sólo por experiencia propia”.
La estrella ya sabía lo que era interpretar a un hombre letal, gracias a Drive. Pero jamás se había sentido un héroe de acción, mucho menos el líder de una superproducción con locaciones en siete países.
“Esto es más extremo que la película promedio de acción. Ahí donde hay cinco o seis secuencias importantes de acción, aquí tenemos hasta nueve”, resumió.
Como contrapeso a Sierra Six, los Russo recurrieron a su Capitán América: Chris Evans. Personaje en las antípodas del virtuoso y honorable superhéroe de Marvel, el villano se llama Lloyd Hansen.
El ex agente de la CIA, de quien se dice que “ha matado más gente que el Mossad”, es un sociópata que cita a Schopenhauer para hablarle del valor del sufrimiento a sus víctimas. Un sádico cuyo deporte es el caos y la destrucción.
“Interpretar al malo siempre es más divertido, porque tienes más libertad y puedes hacer más bromas”, justificó Evans.
“Trabajar con los Russo te da una sensación de confianza y libertad. Si confías en los directores, te permites tomar más riesgos, y un personaje así es muy arriesgado. No sé si hubiera sido tan gratificante sin los Russo”.
