Sao Pulo, Brasil.- El ex Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, terminó primero en las elecciones presidenciales, pero no logró alcanzar más del 50 por ciento de votos y tendrá que enfrentarse al Mandatario Jair Bolsonaro en una segunda vuelta.
De acuerdo con el conteo del Tribunal Superior Electoral (TSE), Lula obtuvo un 48.04 por ciento de los votos frente al 43.54 por ciento de Bolsonaro, con un 98.14 por ciento de las mesas escrutadas, con lo que el resultado era ya matemáticamente irreversible.
Los sondeos de opinión recientes daban a Lula una amplia ventaja. La última encuesta de Datafolha publicada el sábado mostraba que el 50 por ciento de los brasileños pensaba votar por Lula, frente al 36 por ciento de Bolsonaro.
Comparadas las encuestas con los resultados, el desempeño de Bolsonaro fue mucho mejor de lo que se había previsto.
Para ganar en primera vuelta, Lula necesitaba obtener más del 50 por ciento de los votos, excluyendo los sufragios nulos y en blanco, en la elección de este domingo. Al no lograrlo, los dos primeros candidatos se enfrentarán en un balotaje el próximo 30 de octubre.
Temen mayor polarización en balotaje
La votación en segunda vuelta podría aumentar la feroz polarización y la violencia política latente en el mayor país de América Latina. El voto estrecho en esta primera ronda podría significar un gran impulso a Bolsonaro que aparecía 10-15 puntos porcentuales por detrás de Lula según las encuestas antes de la votación del domingo.
Bolsonaro ha cuestionado las encuestas que lo mostraron derrtado frente a Lula en la primera vuelta, porque no reflejaban el apoyo que vio en la campaña.
El ex capitán de Ejército en retiro ha puesto en duda repetidamente el sistema de voto electrónico del país sin ninguna evidencia, lo que hace temer que se niegue a aceptar la derrota y que desencadene una crisis institucional.
Los resultados iniciales no siempre captan el panorama completo en las extensas elecciones nacionales de Brasil. En 2014, cuando el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula ganó por última vez unas elecciones presidenciales, su ventaja sólo apareció tras dos horas de recuento de votos.
Los resultados del noreste más pobre de Brasil, tradicional bastión del PT, suelen tardar más en llegar al TSE.
Hubo informes de largas colas en los colegios electorales que cerraron a las 17:00, ya que muchos brasileños acudieron a votar.
Fuera de la casa de la familia de Bolsonaro en el barrio de Barra da Tijuca de Rio de Janeiro, escenario de jubilosas celebraciones cuando Bolsonaro fue elegido en 2018, el ambiente era cada vez más optimista.
Maria Lourdes de Noronha, de 63 años, dijo que sólo el fraude podría impedir una victoria de Bolsonaro, y añadió que «no lo aceptaremos» si pierde. «Las encuestas en nuestro país, los medios de comunicación y los periodistas, son mentirosos, sinvergüenzas,» dijo.