Phoenix apenas arrancaba el show con su segunda canción, «Entertainment», pero para entonces ya había quedado claro que la banda es monarca en el corazón de sus fans mexicanos.
«Gracias por estar de vuelta. Hicimos nuevas canciones para ustedes, un nuevo álbum. También estamos de regreso»
Thomas Mars, músico.
Tanto fue el calor que recibió la banda este martes que su vocalista, Thomas Mars, terminó la velada sobre la valla para estar cerca de los asistentes y poder tocarlos.
Las pantallas que rodeaban el escenario del Pepsi Center WTC mostraron al inicio del concierto algo digno de reyes, pues situaba a los músicos de Versalles en un palacio con candelabros dorados, techos de cúpulas pintadas y grandes pilares que lo sostenían.
Muy a tono, los 6 mil fans presentes, cifra proporcionada por Ocesa, no se guardaron aplausos, chiflidos ni ovaciones para un conjunto que los aprecia tanto que estrenó para ellos canciones nuevas como «Artefact».
La celebración musical inició pocos minutos antes de las 21:00 horas con «Lisztomania», que de inmediato puso a los fans a saltar y ovacionar tanto al grupo que estos tardaron unos segundos antes de soltar su siguiente tema, asombrados por el cálido recibimiento.
Siguieron hits como «Too Young», «Girlfriend» y hasta novedades, como la rola «Alpha Zulu», que da nombre a su próximo material, igual que «After Midnight», que pese a ser de los sencillos recientes, prendió como los clásicos.
«¡Muéstrenme sus manos!», animó el cantante durante «Rome», lo que puso a los fans a aplaudir incluso más, mientras luces azules y rojas parpadeaban.
Ante tanta pasión, a Mars no le fue suficiente un idioma y agradeció en español, en inglés y en francés, los cuales intercalaba durante la presentación.
Después de 80 minutos de show, el telón bajó por un par de minutos, para dar una faceta algo más íntima, con apenas dos de los músicos en escena para interpretar «Teléfono», la cual llevó a Mars a sentarse sobre el piano, el único instrumento que acompañó a su voz.
Luego, sin ningún acompañamiento, cantó «cumpleaños feliz» en español para un miembro de su staff, que pasó ante todos para recibir un pastel, pero los mexicanos no sólo le permitieron soplar la velita, querían el rito completo.
«¡Mordida, mordida!», exigía el público, pero eso confundió a los franceses.
«¿Qué es eso? ¿Es una tradición? ¿Lo deben hacer todos o el niño del cumpleaños?», cuestionó el vocalista para asegurarse de hacer todo bien.
Al ya no ser obligatorios los cubrebocas, era muy raro que alguien lo portara entre el público, que para aumentar su relajación recurrió a la cervezas, los cigarros y algunos hasta a porros de mariguana, mientras aplaudían, más para reverenciar el cierre al ritmo de «1901».
«¡Gracias, México!», gritó Mars para despedirse a las 22:35 horas, antes de acercarse al que fue su reino.