Yuriria Sierra
Alerta: no serán los últimos
“Somos los primeros, pero no seremos los últimos”, una alerta que llega en medio de una cumbre global a miles de kilómetros de aquí y que se realiza con el objetivo de configurar soluciones y compromisos para contener los efectos de la emergencia climática. La advertencia la hacen habitantes de la comunidad El Bosque, en Centla, Tabasco. El aumento del nivel del mar ocasionó que, al paso de los años, la costa que antes quedaba a unos 20 minutos de caminata hoy esté en medio de las casas. “De pronto empezó a pegar, norte tras norte, eso nos empezó a pegar más, se llevó primero todas las casas de aquel lado, y de ahí avanzó, se lo fue comiendo el mar…”, dijo Victoria, una habitante de esta localidad a Cristo Ramírez, corresponsal de Imagen Noticias. Ella, una de las cerca de 200 personas que viven ahí, en su mayoría dedicadas a la pesca. Y El Bosque es un ejemplo imposible de ignorar hasta por un negacionista de la emergencia climática. Imágenes digitales constatan el crecimiento del nivel del mar alrededor de esta pequeña comunidad, la calle principal está a nada de ser cubierta por el agua. Una maestra de preescolar mostró cómo es que la escuela está a sólo ocho metros de la costa.
Estimaciones del Banco Mundial proyectan que para 2050, al menos 4 millones de personas serán desplazadas a causa de la emergencia climática. En nuestro país ya se cuentan más de cien mil de estos desplazados, migrantes a causa de las afectaciones de fenómenos climáticos: huracanes cada vez más fuertes, lluvias más intensas y sequías más severas. Todo a causa de un problema que aún no hemos logrado dimensionar y para el que México parece no estar preparado.
En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático (COP27), que se realiza en Sharm el Sheikh, Egipto, María Luisa Albores, titular de la Sedema, anunció que no acudiría, en su lugar anunció los compromisos que hará nuestro país: “Pasar del 22% al 30% en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con recursos propios, además de una meta condicionada fortalecida del 36% al 40%, que en términos reales permitirá en el mediano y largo plazo proteger a la población más vulnerable…”, según el comunicado enviado por la dependencia. Habrá una comitiva de funcionarios de esta secretaría, pero de igual forma asistirá el canciller Marcelo Ebrard, quien lleva una agenda más robusta y que puede atender desde su trinchera.
El asunto es que México pertenece al grupo de países cuestionados respecto a su poca claridad en términos de política climática. Hay que mencionar que una de las obras insignias de esta administración, es una refinería. No se apostó por el robustecimiento de infraestructura de energía verde. Dos Bocas ya da muestra de su vulnerabilidad, inundaciones constantes en esta época de lluvias, por cierto, el complejo orgullo del Presidente, se encuentra sobre la misma costa que la comunidad El Bosque, a menos de dos horas de distancia en auto.
“El mar va recogiendo su cauce y ya no le falta mucho tiempo, ya no nos queda mucho tiempo, cuando venga más o menos otro ciclón como el que vino, estamos fritos…”, afirmó Nerey, otro habitante de esa localidad hoy considerado uno de los primeros pueblos “en perderlo todo por el cambio climático”, como ellos mismos explican.
ADDENDUM. La siguiente es una pequeña obra en tres actos y que, al momento, me es complicado clasificar. Veamos… Primer acto: Jorge Saavedra, integrante del Consejo Consultivo de la CNDH, refiere en Twitter el jocoso video de un panda rojo intentando asustar una piedra y ésta ni sé inmuta… Segundo acto: días después, la CNDH le envía un oficio en el que le pide una explicación del sentido de su tuit, lo hacen aludiendo a su calidad de consejero del organismo que preside Rosario Piedra… Tercer acto: Saavedra detalla en Twitter que cuando compartió esa publicación creyó que sólo se viralizaría por lo encantador que resulta ver al panda rojo intentando asustar a una piedra. Un objeto inerte que a veces suele ser más bien un obstáculo, una molestia cuando entra en un zapato, por ejemplo. Pensándolo bien, creo que esta obra podría ser clasificada en el género de la farsa, ¿o una tragicomedia? La que hasta hoy parece sólo una anécdota dibuja el lamentable nivel de debate que vive en México y que es alentado desde todas las vías institucionales posibles. Por mi parte, qué encantador video y qué valiente el panda rojo que intenta asustar a esa piedra… inmutable, ausente…