Trompos de madera, baleros, camiones, brinca-brinca y piezas con las que disfrutaron su infancia monclovenses de otras generaciones subsisten en la calle De la Fuente
Oscar Ballesteros
La Prensa
Trompos, yoyos, brinca-brinca, baleros, camioncitos de madera y muchos otros juguetes tradicionales y a la vez didácticos, se pueden encontrar en lo que parece ser un refugio para juguetes tradicionales mexicanos, en un local ubicado en la calle De la Fuente del centro de Monclova.
La propietaria Virginia Pompa denomina su local como un sitio de ‘resistencia’, pues pretende ofrecer los juguetes clásicos del país frente al gran mercado extranjero, sobre todo de origen chino.
La mística de los juguetes, en cuanto a funcionamiento los cuales en épocas pasadas requerían del esfuerzo e imaginación del niño para funcionar, como de significado, puesto que de antaño estos representaban un obsequio muy grande, generalmente sólo se daban una vez al año siendo en Navidad o Día de Reyes, explicó la propietaria del negocio.
Ahora todo esto ha disminuido al punto de perderse debido a la gran oferta de juguetes actual, de los cuales cada vez es menos la necesidad de que los niños participen al usarlos, pues reproducen sus acciones por sí solos, además de parecer ya productos desechables, ya que son más pequeños, más baratos y de baja calidad.
“Definitivamente para ellos (niños) es algo nuevo con relación a los juguetes genéricos; hay mucha competencia con el mercado chino, son muy pequeños que prácticamente se convierten en desechable (…) la tecnología sí ha hecho que los niños se olviden y los papás tenemos la culpa porque ya no los enseñamos sí hay escuelas que piden juguetes que denominan como antiguos” compartió.
De esta manera, ella tiene como objetivo el que, a través de los padres de familia lograr compartir estos productos oriundos del país, como lo son: el trompo, yoyo, balero, matatena, luchadores de plástico, ballestas, camioncitos de madera, rehiletes de lámina, boliche de soldaditos y varios más, ninguno que ocupe pilas, sino la creatividad de los pequeños.
Han sido ya 12 años de trabajo para cumplir su objetivo y aunque realmente el panorama no se ve muy positivo, ella se mantiene firme tratando de conseguirlo y siempre es bonito cuando ve la emoción en los infantes, pues contrario a lo denominado en sus juguetes como “antiguos” para ellos resulta un producto muy nuevo, debido a que no son similares a lo ofrecido de manera comercial.
“Nosotros somos del Centro de México, somos de Guanajuato y es lo que vivimos, yo tengo 70 años y recuerdo lo que veía cuando era niña, vivimos una época muy diferente (…) lo artesanal es lo que destaca, son productos de Guanajuato, Oaxaca y esos sitios, los que vienen de Estados Unidos tratan de recordar su infancia y se llevan los juguetes clásicos” finalizó Virginia Pompa.