Otra puerta cerrada para cientos de trabajadores que ante la paralización de AHMSA, buscaron una forma de vida con la siembra de forraje y crianza de vacas; pero la tierra está devastada
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Con la tierra erosionándose aceleradamente porque la naturaleza se ensaña con extremo calor y ausencia de lluvias, cientos de trabajadores de AHMSA dedicados a la siembra de forraje y crianza de algunas vacas en ejidos como opción de subsistencia, ahora enfrentan la calamidad de campo seco y los animales muriendo en tierras de agostadero, otra puerta está cerrada.
En el desolado monte del Ejido El Oro donde el sol que cae a plomo también quema trabajo, sueños y esperanzas, el trabajador de la Siderúrgica II, Anastasio Aguayo aun luciendo su chaquetin de AHMSA, señala con el rostro castigado por los rayos ultravioleta, que el campo está devastado.
Cuando se le pregunta, cuántos trabajadores adheridos a las secciones 147 y 288 se acogieron a la alternativa de venta de forraje y consumo de sorgo, alfalfa y zacate para sus animales, dice que seguramente suman cientos en Monclova, Castaños, Frontera San Buenaventura, y Nadadores que abrazaron esta actividad heredada de sus padres como opción económica luego que AHMSA cerró.
De los cuatro estanques del Ejido El Oro en el vasto monte, lamenta enseguida, “tres ya están totalmente secos, y otro dentro de unos 10 días también, tienen capacidad para cien metros cuadrados y dos metros de profundidad”.
Dijo que los animales que deambulan en las tierras de agostadero donde en temporada de lluvias reverdecen, buscan alimentarse con lo que encuentren en el monte, y ante la falta de forraje consumen hasta ramitas finas de mezquite”. Sin embargo, la tierra está pelona de forraje a consecuencia de ausencia de lluvias.
El trabajador de AHMSA, señaló que en tiempos de lluvia en lo personal obtiene hasta 3 mil pacas de sorgo, zacate y alfalfa luciendo las tierras verdes para alta producción orientado a la venta de forraje y alimento a vacas, becerros y toros todo para el objetivo final que es la venta de los animales a carnicerías.
Lamentablemente, recalcó, “en los momentos actuales debido a la escasez de forraje, los precios se incrementaron considerablemente, la paca de sorgo vale 150 pesos; la de alfalfa 180 pesos y de zacate 100 pesos, se registró un incremento de 40 por ciento aproximadamente”.
Aguayo, relata que las vacas pierden fuerza por falta de alimentación y finalmente quedan muertas atrapadas en el lodo de los estanques, mientras que en otros casos ha aparecido mucho ganado muerto aparentemente tras consumida ramas o yerba de árboles encino y barretillo, aunque todavía no hay una respuesta.
“Habrá que investigar la causa real de la muerte de ese ganado y no precisamente por falta de alimentación, algunos han enfrentado hasta la pérdida de siete animales en fechas recientes, pero otros, por falta de forraje, esto tiende a agravarse, lamentablemente la única solución es comprar forraje para alimentarlos, pero no hay dinero, muchos no tenemos dinero”, añadió Aguayo.