El Obispo de Saltillo, Hilario González, invita a fortalecer las relaciones familiares y renovar la esperanza, promoviendo la paz, el amor y el compromiso con Dios durante estas fiestas
Alonso Crisante
LA PRENSA
SALTILLO, COAHUILA.- En su mensaje navideño, el obispo de Saltillo, Hilario González García, hizo un llamado a los católicos a vivir la Navidad y el Año Nuevo con un espíritu de generosidad, paz y reconciliación. El prelado invitó a las familias a compartir las bendiciones recibidas y trabajar por una sociedad más justa, donde los bienes de la tierra alcancen para todos, promoviendo la liberación de los «yugos» actuales, como los vicios, el pecado y las relaciones interpersonales tóxicas, así como la indiferencia hacia Dios y el prójimo.
Monseñor González García explicó que la Navidad y el inicio del Año Nuevo deben ser una ocasión para reflexionar sobre la importancia de sanar las relaciones dañadas, fortaleciendo los lazos familiares y sociales. «Todos tenemos alguna relación fragmentada o herida, y es momento de hacer que esas relaciones sean más fuertes, más sólidas, para que nos ayuden a ser mejores personas y mejores miembros de la familia de Dios», expresó el obispo.
El mensaje también hizo énfasis en la importancia de renovar compromisos, como el de los esposos en su matrimonio, y el de los consagrados a Dios, quienes deben fortalecer su vocación. “Es un buen momento para que los consagrados renovemos nuestra dedicación al Señor, que es nuestra fortaleza y nuestra esperanza», añadió.
En relación a la virtud de la esperanza, el obispo recordó que todos los cristianos están llamados a ser «peregrinos de la esperanza», entendida como la expectativa central en Dios, quien nos promete el bien, la justicia y la paz. Esta esperanza está fundamentada en el amor redentor de Dios, quien nos redime en la cruz, y nos da la certeza de que nadie nos podrá separar de su amor. «Ojalá que nosotros no tomemos la decisión de alejarnos de ese amor», subrayó el obispo.
Para Monseñor González García, la Navidad es también una oportunidad para revivir la virtud teologal de la esperanza y abrir nuestros corazones a la reconciliación y la paz. Hizo un llamado a todos los fieles y a las personas de buena voluntad a abrir la puerta de la paz y la reconciliación en sus corazones, en sus familias y en sus comunidades. «Que esta Navidad y el inicio de un Año Nuevo nos permitan revivir la esperanza, esa esperanza viva del amor de Dios que nos trae paz y reconciliación», agregó.
Finalmente, el obispo instó a no desanimarse por el mal que nos rodea y a centrarnos en las cosas buenas que tenemos, como los signos de alivio, indulgencia y misericordia que Dios nos regala. “Que podamos captar los signos de consuelo que Dios nos ofrece, que nos permitan mantener viva la esperanza en este tiempo de celebración”, concluyó el obispo.
Este mensaje resuena como un llamado a vivir estos días festivos con un renovado compromiso hacia la paz, la reconciliación y el amor cristiano, valores fundamentales en el mensaje de la Navidad y del Año Nuevo.