El expresidente de Uruguay reveló que el cáncer que le fue diagnosticado en el esófago se ha extendido al hígado
Recientemente, el expresidente de Uruguay, José Mujica, compartió detalles sobre su estado de salud en una entrevista con el semanario local Búsqueda. En sus declaraciones, reveló que el cáncer que le fue diagnosticado en el esófago se ha extendido al hígado, y afirmó de manera directa que su condición es irreversible, asegurando que está «muriendo».
Asimismo, en sus propias palabras, el expresidente explicó que el cáncer en el esófago está afectando de manera progresiva su hígado, y señaló que no existe tratamiento alguno que pueda detener la enfermedad.
«No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta», comentó, dejando claro la gravedad de su situación.
Además anunció que no concederá más entrevistas y que no se someterá a nuevos tratamientos, ya que desea mantener su privacidad en sus últimos momentos; por lo que pidió a los medios y al público que respeten su espacio.
«Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me acosen con entrevistas al pedo ni nada más. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso», expresó, con un tono que refleja tanto la aceptación de su situación como el deseo de encontrar paz en sus últimos días.
¿Qué es el cáncer de esófago?
El cáncer de esófago es una enfermedad que se origina cuando las células del revestimiento del esófago comienzan a multiplicarse sin control. Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, esta afección puede desarrollarse en cualquier parte del esófago, aunque generalmente inicia en la capa interna de la pared esofágica, extendiéndose hacia las capas más profundas del órgano.
Este tipo de cáncer, conocido como cáncer esofágico, es particularmente peligroso porque en sus etapas tempranas es difícil de detectar, lo que complica su diagnóstico y tratamiento.
¿Cuántos tipos de cáncer de esófago existen?
Existen dos tipos principales de cáncer de esófago, clasificados según el tipo celular involucrado en el desarrollo del tumor.
El primero es el carcinoma de células escamosas, que se origina en las células escamosas que recubren la mucosa del esófago. Este tipo de cáncer es más común en el esófago cervical (cuello) y en los dos tercios superiores de la cavidad torácica.
El segundo tipo es el adenocarcinoma, que surge de las células glandulares encargadas de producir mucosidad. Generalmente, los adenocarcinomas se encuentran en el tercio inferior del esófago y están asociados con enfermedades como el esófago de Barrett, donde las células glandulares reemplazan a las escamosas en la parte inferior del esófago.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de esófago?
Según Mayo Clinic, los síntomas del cáncer de esófago suelen aparecer cuando la enfermedad ha avanzado considerablemente. En sus primeras etapas, puede no haber manifestaciones evidentes. A medida que el cáncer progresa, los pacientes pueden experimentar lo siguiente:
- Dificultad para tragar
- Dolor o sensación de presión en el pecho
- Tos persistente o ronquera
- Pérdida de peso involuntaria
- Acidez estomacal o indigestión que empeoran con el tiempo
¿Cómo puedo prevenir el cáncer de esófago?
Aunque no existe una forma infalible de prevenir el cáncer de esófago, es posible reducir el riesgo mediante ciertos hábitos de vida.
Entre las recomendaciones más destacadas se incluyen la moderación en el consumo de alcohol, ya que el abuso de esta sustancia es un factor de riesgo importante. Se sugiere que las mujeres no consuman más de una copa al día y los hombres no superen las dos.
Asimismo, mantener una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, es esencial para fortalecer el sistema inmunológico y reducir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
El ejercicio regular, con una meta de al menos 30 minutos diarios, también juega un papel crucial en la prevención. Además, es importante mantener un peso saludable y evitar la obesidad, ya que esta condición puede aumentar el riesgo de padecer cáncer esofágico.
El tabaquismo es otro factor de riesgo significativo. Dejar de fumar es una de las acciones más efectivas para disminuir la posibilidad de desarrollar esta enfermedad. Existen múltiples recursos y estrategias disponibles, como terapia de reemplazo de nicotina y grupos de apoyo, que pueden ayudar a las personas a abandonar el hábito. Si nunca has fumado, la recomendación es clara: no inicies este comportamiento.
POR: EL UNIVERSAL
