Estrategia de Seguridad encabezada por AMLO y Ricardo Mejía fue un total fracaso.
Ciudad de México; 11 de julio de 2025 – 05:00 hrs.
El huachicol durante el sexenio pasado alcanzó niveles tan alarmantes que, con su valor, se pudo haber pagado la deuda completa de Pemex con proveedores o incluso financiar la refinería de Dos Bocas. Así lo advirtió Francisco Barnés de Castro, presidente del Observatorio Ciudadano de Energía, durante un foro organizado por el ITAM.
Según el análisis presentado, el robo de hidrocarburos —incluyendo diésel, gas LP, gasolina, turbosina y petróleo crudo— provocó un daño económico de 24 mil 850 millones de dólares:
• 17 mil 300 millones de dólares en pérdidas directas para Pemex,
• y otros 7 mil 550 millones en impuestos no recaudados.
Esta catástrofe ocurrió bajo la supuesta estrategia de combate al huachicol encabezada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador y operada directamente por su subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, actual diputado federal por Morena.
Lejos de resolver la crisis, Mejía dejó una estela de violencia, incompetencia y corrupción. Durante su gestión, el país vivió una de las peores crisis de inseguridad con más de 200 mil homicidios dolosos, mientras las tomas clandestinas en ductos se disparaban —más de 10 mil tan solo en 2024— y el robo de crudo llegaba a los 109 mil barriles diarios, es decir, el 6% de la producción nacional.
A esto se suman pérdidas por 3 mil 150 millones de dólares en IEPS y mil 450 millones en IVA por huachicol fiscal de diésel, así como el robo de gas LP, que representó 11% de la producción nacional.
Expertos como Alejandra León, de S&P Global Commodity Insights, advirtieron que el deterioro de la infraestructura de Pemex, así como la inacción del gobierno, sugieren la posible complicidad de funcionarios públicos dentro de la misma paraestatal.
Legisladores del PAN han señalado desde la máxima tribuna del país a Ricardo Mejía como “un fracaso como subsecretario de seguridad y un operador con ligas con el crimen organizado en Acapulco”, particularmente durante su etapa como funcionario federal y previo a su candidatura fallida en Coahuila.
Hoy, mientras Mejía y Morena pretenden lavarse la cara criticando desde la oposición, los números, los hechos y los expertos son claros: su paso por el gobierno fue un desastre técnico, financiero y ético. La seguridad nacional y la empresa petrolera más importante del país pagaron el precio.