Exhorta a la comunidad católica a no enaltecerse denigrando a los demás
Alexis Massieu
La Prensa
Un llamado a ser humildes y no enaltecerse denigrando a los demás, es el mensaje que envió el día de ayer el Padre Francisco Isaac Cortés a la comunidad católica de Monclova, desde el púlpito de la Parroquia Santiago Apóstol.
Fue a través de un análisis a la Parábola del Fariseo y el Publicano, que el Vicario Parroquial, hizo este llamado a la humildad y la sinceridad entre los asistentes.
De esta parábola destacó la parábola la enseñanza central sobre la cercanía de Dios y la importancia de la humildad, centrándose su reflexión en las figuras emblemáticas de estas dos personalidades, que representan actitudes contrapuestas ante la fe y la oración.
El fariseo—dijo el sacerdote—está descrito en la Biblia como un hombre que conocía la pureza y realizaba gestos externos de piedad, vestía con lujos y se purificaba el cuerpo, lavándose las manos hasta los codos; y oraba, según la parábola, de manera erguida y sin movimiento, agradeciendo en su interior, no ser como los demás hombres, ni ladrón, ni engreído. E Incluso, menospreciaba al publicano, llegando a no reconocerlo como ser humano y, en algunas traducciones, refiriéndose a él como ” un perro publicano”, denigrándolo totalmente.
“El fariseo estaba más pendiente de quién estaba en el templo, comparándose con los demás para menospreciarlos”, señaló El Padre, para recordar que eso es precisamente lo que no debemos hacer, y por el contrario actuar con humildad, porque todos somos hijos de Dios.
Se destacó la importancia de reconocer los errores y equivocaciones, señalando que un corazón sencillo y humilde se expresará de esa manera hacia el exterior. Por el contrario, un corazón lleno de soberbia también se manifestará externamente. Se citó el texto sagrado que dice que “de lo que está lleno el corazón, está lleno todo lo de afuera”.
El Padre Francisco Isaac Cortés, destacó la importancia de reconocer los errores y equivocaciones, señalando que un corazón sencillo y humilde se expresará de esa manera hacia el exterior. Y por el contrario, un corazón lleno de soberbia hará externamente lo contrario.