DE LA TRAGEDIA A LA ESPERANZA DE VIDA
Luego de 60 horas críticas en terapia intensiva, la menor dejó Monclova para iniciar un tratamiento de elite en Texas; el costo de la operación será cubierto íntegramente por fundaciones.
Por: Fabiola Sánchez y Manolo Acosta
LA PRENSA
FRONTERA, COAHUILA. – El rugido de las turbinas en la pista del Aeropuerto Internacional Venustiano Carranza marcó, la tarde de este sábado, el fin de una agonía y el inicio de una lucha por la vida. En una movilización que desbordó profesionalismo y calidad humana, la pequeña María José, de apenas cinco años de edad, fue trasladada con éxito hacia el hospital Shriners Children’s Texas, en Galveston, donde especialistas la esperan para tratar las graves quemaduras que sufrió el pasado 25 de diciembre.
Desde las primeras luces del día, el Hospital General Amparo Pape de Benavides se convirtió en el epicentro de una logística milimétrica. En el área de terapia intensiva, María José permanecía sedada e intubada, monitoreada minuto a minuto por médicos que sabían que el tiempo era el factor más crítico.
La meta: estabilizarla lo suficiente para que su cuerpo resistiera el traslado hacia la alta especialidad en los Estados Unidos.
EL MILAGRO DE LA SUMA DE VOLUNTADES

Lo que se consolidó como un éxito logístico nació de una cadena de favores y altruismo. La Asociación Shriners, reconocida globalmente por su labor con niños quemados, activó sus protocolos de emergencia en cuanto la alerta llegó a sus oficinas.
El ingeniero Arnoldo Guajardo Salinas, presidente de Border Shriners en la zona de Piedras Negras y Eagle Pass, explicó que la operación no solo fue un vuelo, sino un despliegue terrestre y administrativo complejo.
“El protocolo no permite errores. Coordinamos el traslado en ambulancia desde el hospital en Monclova hasta el aeropuerto en Frontera, contando con el apoyo invaluable de corporaciones de seguridad que escoltaron el trayecto para garantizar que no hubiera contratiempos”, detalló Guajardo Salinas.
Para la asociación, este caso representa el tercer traslado aéreo humanitario en lo que va del año en Coahuila, reafirmando una red de apoyo que cuenta con 21 hospitales en la Unión Americana y presencia médica en Monterrey y Ciudad de México.
“Brindamos atención sin importar el origen ni las fronteras; la salud de los niños es nuestro único objetivo”, enfatizó el representante de Shriners.
“SU FELICIDAD SE APAGÓ EN SEGUNDOS”: EL TESTIMONIO DE UNA MADRE
Mientras el equipo de paramédicos preparaba el abordaje a la ambulancia aérea, el rostro del dolor pero también de la fe se hizo presente en Damaris Amador, madre de María José. Con apenas 30 años de edad y cargando con sus propias lesiones sufridas durante el incidente en la colonia Independencia de Castaños, Damaris compartió un testimonio que conmovió a los presentes.
“Mi pequeña estaba tan feliz la mañana de Navidad con el regalo que le trajo Santa Claus… era todo alegría. En cuestión de segundos esa felicidad se apagó”, relató con la voz entrecortada. A pesar del nudo en la garganta, la madre tuvo palabras de profundo agradecimiento para el personal del Hospital Amparo Pape: “Fueron los mismos médicos de aquí quienes, viendo la gravedad, se movilizaron y pidieron el apoyo de Galveston. Su trato humano es lo que nos mantuvo en pie estos días”.
Damaris será la única que acompañe a María José en este proceso en territorio estadounidense. Sabe que el camino será largo, pero confía en la fortaleza de su hija, a quien describe como una niña alegre y llena de vida que hoy tiene a toda una región orando por ella.
TECNOLOGÍA Y ESPERANZA EN EL SHRINERS
El operativo no termina con el despegue en Frontera. Una vez que la aeronave aterrizó en Houston, Texas, María José fue trasbordada de inmediato a un helicóptero que la llevó directamente a la ciudad de Galveston. Ahí, el Shriners Children’s Texas puso a su disposición tecnología de punta en injertos de piel y cuidados intensivos pediátricos, un tratamiento que, gracias a la gestión de la Asociación Alfazgard y Shriners, será completamente gratuito para la familia.
La movilización de ayer dejó una lección clara para la Región Centro de Coahuila: ante la tragedia de un niño, no existen colores, instituciones ni fronteras. La pequeña guerrera de Castaños ya se encuentra en los Estados Unidos en donde inició su recuperación, impulsada por las alas de una sociedad que se unió para no dejarla sola.