
Por José Elías Romero Apis
Esa trilogía, que he llamado La Corona de México, es una narrativa de la clase política mexicana de los recientes 100 años, la más sólida e importante de toda la región latinoamericana
Destiné algo de mi tiempo libre del 2020 a escribir un nuevo libro que espero que disfruten al leerlo como yo disfruté al escribirlo. Como siempre, les pido que sean indulgentes conmigo. Es el tercer libro de la serie integrada por El jefe de la banda (2015), Las llaves del reino (2018) y, ahora La banda del jefe (2021), bajo el prestigiado sello de Librería Porrúa.
Esa trilogía, que he llamado La Corona de México, es una narrativa de la clase política mexicana de los recientes 100 años, la más sólida e importante de toda la región latinoamericana. A pesar de todos sus vicios y de todas sus perversiones, si hubiera un G20 de naciones con clase política bien calificada, México pertenecería a ese grupo.
Nuevamente, precedido por un generoso y excelente prólogo de Pascal Beltrán del Río, aquí se contienen anécdotas, reseñas, confidencias y hasta guasas, pero también contiene análisis, reflexión y, en ocasiones, hasta invitación. No se limita a la narrativa de los sucesos sino, también, a las razones por las que sucedieron y a los efectos que los sucedieron.
La vida ha sido conmigo muy generosa en muy diversos aspectos. Uno de ellos es que me ha permitido estar cerca de muchos hombres y mujeres inteligentes y hasta geniales, de aquellos que nos enseñan. Pero, también, cerca de muchos sencillos, de aquellos que nos inspiran. La nobleza y la alteza nos obliga a compartir lo que hemos recibido. No hacerlo sería una avaricia que colinda con la sisa.
Éste no es un libro que resalte lo malo de los gobiernos y de los políticos, sino que exalta lo bueno que han tenido. Lo que nos puede servir de enseñanza, de ejemplo y hasta de admiración. Porque todos, sin excepción, somos una mezcla de aciertos y de erratas, de victorias y de derrotas, de éxitos y de fracasos.
La política no es una depravación, aunque en ella se hayan tapujado algunos pervertidos. La política es la única actividad humana que ha logrado el orden, el bienestar, la paz, el progreso y el perfeccionamiento de las sociedades.
En ella siempre han existido los de gran formato y los de pequeña escala. No hay buenos ni malos. Hay grandes y hay pequeños. Hay geniales y hay estúpidos. Hay fecundos y hay estériles. Este libro es para preguntarnos a qué político, de qué país, de qué época, de qué estilo y de qué modelo quisiéramos que imitaran nuestros hijos y los futuros políticos mexicanos. Pero, si por alguna causa no los encontramos en las noticias, quizá podamos buscarlos en los libros.
Contra lo que supone su título, éste no es un libro ofensivo para nadie. En una amplia entrevista hecha por Andrés Becerril y publicada en Excélsior aclaré que la palabra “banda” no tiene signo positivo ni negativo. Puede ser peyorativa y de allí dimanan palabrejas como bandolero o bandido. Pero puede ser laudatoria y de allí dimanan palabras como bando o bandera.
En esta obra no utilizo la palabra banda en el sentido despectivo de una gavilla facinerosa, sino que me refiero al grupo político, laboral, familiar y amistoso que rodea al presidente de un país. Con la mayor dignidad, a ese grupo yo he pertenecido por cinco sexenios y mi familia por cinco generaciones. Lo siento como un orgullo y mis hijos así también ya lo han vivido y lo han honrado.
En ese grupo también intrusan quienes normalmente se acercan y cercan a los hombres poderosos de cualquier país y de cualquier época, para algo sacarles en dinero, en privilegio, en prebenda o, por lo menos, en ornato. Los trepadores, los farsantes, los metiches, los medreros, los bufones, los pedinches y los lambiscones.
En fin, tanto los de la alteza que admiramos como los de la bajeza que despreciamos, ellos son la banda del jefe. Son los-de-arriba. Son la-selección-nacional. Son la-élite-del-poder. Son los-intocables-del-reino. Son la-corte-de-la-república. Son la-aristocracia-de-la-nación. Y, en resumidas cuentas, todos ellos son la-Corona-de-México.