Es la primera sentencia en el caso Escudo de Salvación
Daniel “N” se declaró culpable de haber participado en los hechos en que perdió la vida Jesús Alfredo Salayandia. El dueño del anexo, Erick Abizmael ordenó que a la víctima le rompieran las manos y los pies, declaró
Alexis Massieu
La Prensa
A pasar 8 años en prisión y pagar una reparación del daño de 230 mil pesos, fue condenado el día de ayer, uno de los nueve acusados de cometer el homicidio calificado de Jesús Alfredo Salayandia Reyes, ocurrido en el anexo Escudo de Salvación de Ciudad Frontera en el año 2022.
Se trata de Daniel Alberto “N”, quien admitió su culpa y rindió una declaración sobre lo ocurrido al interior del centro de desintoxicación hace poco más de tres años.
Fue a través de un procedimiento abreviado que se le dictó sentencia, es decir, mediante una justicia pactada entre la asesoría legal de la víctima, el Ministerio Público y los defensores de Daniel Alberto. El único de los acusados que recibió esta oportunidad.
Además de la condena de prisión, y el pago de la reparación del daño que ya se efectuó, el juez le impuso al sentenciado el pago de una multa de 10 unidades de medida de actualización (UMA’s) por año de condena, que ascendió a 7 mil 967 pesos.
En su declaración, Daniel Alberto “N” dijo que aquel día 7 de julio del año 2022, aproximadamente a las 07:40 horas, él se encontraba en el anexo Escudo de Salvación, como interno, cuando escuchó que decían que Jesús Alfredo Salyandia se había tratado de escapar, y que Axel, Noe Tiburcio, Mario Albero, y Rodolfo Eliud, por órdenes del Padrino Juan Carlos “N”, alias Sherman, impidieron que se fuera.
Indicó que fue el mismo Sherman, quien les ordenó a todos los internos implicados en este caso, que golpearan a los que se habían querido fugar, y que por eso comenzaron a pegarle, señalando que él no quería hacerlo, pero si no, le iba a ir muy mal. Indicando que él le dio una patada a Salayandia, pero que no fue fuerte, y que había testigos de eso.
Relató que a Jesús Alfredo Salayandia y otros, se los llevaron a un cuarto, en donde él no estuvo, y que tiempo después entró al anexo Sherman y los escoltas del dueño del establecimiento, a los que conocía como “El Guarro” y “La Garza”, haciéndole el primero de los guardaespaldas una video llamada a su jefe Erick Abisael “N”, para que pudiera ver a los que se habían querido fugar.
Indicó que fue testigo, de cómo entre el padrino y los “guaruras” le pegaban a Jesús Alfredo Salayandia y otros internos, por órdenes del dueño del anexo, que les decía: que les quebraran las manos y los pies, que al cabo él pagaba.
Daniel Alberto señaló que dejaron a varios internos sin dormir, que él fue un espectador y que más allá de que no volvió a intervenir, tampoco denunció lo que estaba ocurriendo, y que en dado momento, llevaron a Jesús Alfredo y a otro interno, al que también habían detenido en el intento de fuga, al salón principal, donde estaban muchos de los anexados, y al verlo les dijo: “ya estuvo, están bien golpeados”, pero le respondieron que se callara el hocico, y los escoltas y el padrino Sherman se llevaron a Salayandia a otro cuartito, y fue entonces que empezaron a escuchar que había muerto.
Si bien, la condena de prisión que se le impuso a Daniel Alberto “N”, la va a compurgar hasta el día 10 de julio del año 2030, existe la posibilidad de que cumplida la mitad de la pena, pueda acceder al beneficio de la libertad condicional, a mediados del 2026, dado que ya cumplió con el principal requisito que la ley exige que3 es la reparación del daño a favor de la víctima indirecta que es la familia de Jesús Alfredo Salayandia Reyes.
De los otros implicados cabe señalar, seis están en prisión esperando su juicio oral, dos más, el dueño del anexo y uno de sus escoltas están siguiendo su proceso en libertad con las medidas cautelares del brazalete electrónico y el resguardo domiciliario, y uno más, el otro escolta, alias “La Garza”, continúa prófugo de la justicia.
